Recorridos

Ramon LLull

El primer místico en lengua catalana

Ciutat de Mallorca, 1232/1233 - Ciutat de Mallorca, 1315/1316

Ramon Llull (Mallorca 1233-1315) nace en Mallorca al poco tiempo de que ésta fuera conquistada por Jaume I. Lleva una vida sin preocupaciones, cortesana. A los treinta años sufre una crisi que le hace cambiar radicalmente de estilo de vida. Se dedica a la meditación y abandona a su mujer y a sus hijos. Viaja a la Sorbona, Montpelier, Barcelona, Génova, Roma, Chipre, Túnez... siempre con la intención de convertir a los infieles. Organiza un corpus teológico con intención didáctica que le ayude en su propósito de conversión. A menudo siente desesperación por que nadie le hace caso, piensa en retirarse y vivir en soledad, pero siempre vuelve a embarcarse para seguir predicando. Murió de regreso a Mallorca desde Túnez después de haber recibido unas fuertes heridas. Llull, audaz y reflexivo, apasionado y racionalista, activista y místico, ofrece en lengua catalana no sólo obras líricas y narrativas, sinó también gran parte de sus obras filosóficas y científicas. Toda una corriente de pensamiento europeo, que llega hasta finales del siglo, arranca de la Art Magna y de L'Arbre de la Ciència, monumentales creaciones del pensamiento de Llull. Junto a las grandes obras místicas como el Llibre de contemplació o el Libre d'Amic e Amat, centradas en el gran tema del amor; tema que satura también su producción lírica, largos poemas con intención didáctica o mística y de estilo todavía trovadoresco, como Los cent noms de Déu, Lo desconhort i el Cant de Ramon, o el Plant de Nostra Dona Sancta Maria. Su obra narrativa puede considerarse ya un producto de la aristocracia urbana o burguesía incipiente. El Libre d'Evast a Blanquerna, al margen de su intención edificante, puede considerarse la primera novela catalana, y una narración sobre personajes y ambientes urbanos. Menos orignal es Fèlix o Libre de les meravelles, típica historia de peregrino errante, y el Libre de l'ordre de cavalleria, sutil tributo a un sistema y a unos ideales entonces vigentes. La obra de Llull es un inmenso edificio, hecho con toda la unidad, la precisión, la inteligencia, la fantasía y la luz de de una gran catedral gótica.