El capitalismo prospera, la sociedad se degrada. La verdadera crisis no es la del capitalismo, sino la de la crítica al capitalismo. Este nuevo espírtu del capitalismo ha triunfado gracias a la recuperación de la "crítica artista", la cual, tras la revolución de mayo del 68, no había cesado de denunciar la alienación de la vida cotidiana provocada por la alianza del acapital y la burocracia. Al mismo tiempo, la "crítica social", que no lograba delinear las inflexiones protagonizadas por la nuevas modalidades de explotación y dominación del capitalismo, permanecía atrapada en los viejos esquemas de producción jerarquizada y experimentaba una parálisis en años de crisis. Este libro invita al relanzamiento de estas dos críticas complementarias del capitalismo.