El capitalismo cognitivo está sustituyendo las formas de trabajo de la sociedad fordista. Nuevas maneras de relacionarse y nuevos modos de dominio entran en juego. Las capacidades intelectuales del individuo se convierten ahora en la parte más importante del proceso de creación de una mercancía, cuando no en la mercancía misma. La puesta en común de estas capacidades intelectuales es reclamada desde muchas posiciones como el paso necesario para la asunción del poder por la multitud.
En este marco se ha desatado un debate crucial sobre la posesión de los derechos intelectuales ya que, dependiendo de quién los detente, el acceso a la producción cognitiva será más libre o más caro.