Más allá de la descripción y de la representación gráfica de aquello que ha llamado la atención a sus autores, los cuadernos de viaje son una fuente rica, fresca y única para acercarnos a geografías físicas y humanas de la mano de un ilustrador que termina también siendo ilustrado.

Son numerosos los formatos, los estilos, las funciones y los objetivos que persigue este tipo de género, el cual se desdibuja según el tipo de viaje que quiera iniciar el lector. Cuaderno de campo para algunos, documento histórico-antropológico para otros, fuente de escapismo y nuevas aventuras para varios, o diario personal con anotaciones de un extraño y viceversa.

En esta ocasión, los trazos, líneas, colores y técnicas de ilustradores de diverso origen son los que nos invitan a iniciar un nuevo periplo. Acercarse a la intrahistoria de un país olvidado gracias a los Cuadernos Ucranianos del italiano Igort, adentrarnos en la aislada Birmania caminando al lado de Guy Delisle , acompañar a Peter Kuper a redescubrir la ciudad que conoce al retratarla, o buscarse sin saber si se producirá el encuentro como Sarah Glidden, Una judía americana perdida en Israel.

Las opciones son múltiples, el resultado será inimitable. Disfruten del paseo.