Recorridos

Bajo tierra

Las lecturas de Six Feet Under

Aunque alrededor de Lost, Los soprano, o The Wire, por ejemplo, se han escrito varios textos especulativos sobre esa nueva forma de ficción, tan contemporánea, que significan las series americanas, quizás no se haya prestado atención suficiente a una de las que, sin lugar a dudas, abdujo a varios espectadores de buenas a primeras. Six Feet Under, una de las pioneras de la HBO, de la mano de Alan Ball, sostuvo durante cinco temporadas a los espectadores en vilo, hasta el catártico final, casi tan discutido como el que cerraba Lost.

El punto de partida de Six Feet Under deja un espacio inapelable a la angustia existencial: Nathaniel Fisher, padre de trres hijos, director de un negocio funerario, muere al volante mientras se enciende un cigarrillo. Sus tres hijos deciden hacerse cargo del negocio, al mismo tiempo que van asimilando su ausencia, en un proceso de luto que deben combinar con sus quehaceres cotidianos, sus historias de amor y desamor y su capacidad para soportar la depresión de su madre, Ruth Fisher: un personaje antológico.

Cáustica y tierna a partes iguales, Six Feet Under es un hito de esas series contemporáneas que han poblado las pantallas del mundo occidental como una plaga, y que quizás deban más de lo que parece a, por ejemplo, Twin Peaks, la mítica obra maestra de Lynch. La angustia existencial de David, la desesperación vital de Nate, la depresión de Ruth o el recorrido sinuoso y algo desubicado de Claire; seguimos los avatares de los personajes de la serie con una estructura clara: cada capítulo es un funeral, que se inicia con un prólogo, la muerte de alguien, el cadàver al voltant del qual tot girarà.

La vida de los integrants de Fisher and Sons y los seres a su alrededor ponen al descubierto algo más que la vida cotidiana de una familia media americana de Los Angeles con una compañís funeraria como forma de vida. He aquí una excusa para volver a pensar en Ella de la mano de sus integrantes.