Recorridos

Jorge Luis Borges

Un demiurgo de la literatura

Buenos Aires, 1899 - Ginebra, 1986

Abusando de la hipérbole, nos arriesgaríamos a decir que con todo lo que se ha escrito sobre la obra de Jorge Luis Borges se podrían llenar de ensayos, biografías y novelas centenares de los hexágonos que él mismo ideó para su "Biblioteca de Babel". Añadir, por tanto, algo nuevo sobre su vida o su proyecto literario, sería tan fútil como querer escribir la palabra fin en el "libro de arena", fruto también de su imaginación. Así, que, sin más preámbulo que un fragmento de la carta que Susan Sontag le escribió diez años después de su muerte, les dejamos con una selección bibliográfica de su magna obra, ahora que parece que es recordado.

12 de junio de 1996,
Querido Borges:
Dado que siempre colocaron a su literatura bajo el signo de la eternidad, no parece demasiado extraño dirigirle una carta. (Borges, son diez años.) Si alguna vez un contemporáneo parecía destinado a la inmortalidad literaria, ése era usted. Usted era en gran medida el producto de su tiempo, de su cultura, y, sin embargo, sabía cómo trascender su tiempo, su cultura, de un modo que resulta bastante mágico. Esto tenía algo que ver con la apertura y la generosidad de su atención. Era el menos egocéntrico, el más transparente de los escritores... así como el más artístico. También tenía algo que ver con una pureza natural de espíritu. Aunque vivió entre nosotros durante un tiempo bastante prolongado, perfeccionó las prácticas de fastidio e indiferencia que también lo convirtieron en un experto viajero mental hacia otras eras.
Usted fue un gran recurso para otros escritores. En 1982 -es decir, cuatro años antes de morir (Borges, son diez años)- dije en una entrevista: "Hoy no existe ningún otro escritor viviente que importe más a otros escritores que Borges (...)". Eso sigue siendo así. Todavía seguimos aprendiendo de usted. Todavía lo seguimos imitando. Usted le ofreció a la gente nuevas maneras de imaginar, al mismo tiempo que proclamaba, una y otra vez, nuestra deuda con el pasado, pero sobre todo con la literatura. Usted dijo que le debemos a la literatura prácticamente todo lo que somos y lo que fuimos (...).
Todo lo que quiero decir es que lo extrañamos. Yo lo extraño. Usted sigue marcando una diferencia. Estamos entrando en una era extraña, el siglo XXI. Pondrá a prueba el alma de maneras inéditas. Pero, le prometo, algunos de nosotros no vamos a abandonar la Gran Biblioteca. Y usted seguirá siendo nuestro modelo y nuestro héroe.

Susan Sontag