Recorridos

Enigmística contemporánea

De los nigromantes medievales a los juegos ingeniosos de Màrius Serra, un paseo calembúrico y anagramático por el lado más lúdico del lenguaje

Criptografías silogísticas y mnemónicas, palíndromos, polisemias, bifrontes, rebus, onomancias, un sinfín de conceptos enigmáticos bajo los que se esconden los ejercicios enigmísticos más lúdicos y lúcidos. Surgida en Italia a lo largo del siglo XVIII, esta rama de los juegos de palabras tuvo su punto álgido con la aparición del Oulipo, en Francia, en el siglo XIX. Un taller de gracia y lucidez.

Varios acontecimientos enigmísticos avalan tal laberíntica tradición:

Raymond Queneau (1903-1976) escribió los Exercices de style en el año 1947: el mismo texto -un cuento de argumento casi insignificante, pero con cierta acción- escrito de 99 maneras distintas. Este año 2010 el escritor catalán de Perpiñán Joan-Lluís Lluís imitó ese patrón con su sugerente Xocolata desfeta -gran título para un libro de estas características- en el que la misma historia estaba contada también con variedad enigmística. Homenaje -explícito- al canto.

Georges Perec escribió una novela sin usar una sola vez la vocal "e", La Disparition. Lipograma, lo llaman. Fue felizmente traducida -a varias manos y cabezas pensantes- al castellano como El secuestro, siendo la vocal "a" la víctima en ese caso.

Màrius Serra acaba de publicar su Dicciomàrius, una nueva propuesta enigmística del embajador catalán de la engimística contemporánea, juglar de la lúdica crucigramática. Su Verbalia es la panacea del lugar.

Bienvenidos al parque de atracciones de la literatura.