Recorridos

Joan Fuster

De la erudición cáustica a la lucha por la identidad.

Sueca, 1922 - Sueca, 1992

Tal y como dijo el poeta en los márgenes repletos de cardos y malas hierbas nacen pocas flores, pero las que tienen la osadía de desafiar la tristeza de su entorno se convierten en exepcionales. Joan Fuster era una flor fumadora, erudita y mal hablada que irradió, por su espinoso entorno, luz para dar y regalar. Nació en una luminosa villa provinciana del País Valenciano, Sueca, y creció mamando la soledad y tristeza del fascismo de posguerra.
Hijo de un campesino, Joan Fuster se licenció en derecho el año 1947 y desde Sueca, donde ejerció como abogado, empezó a realizar colaboraciones en revistas literarias y en la prensa diaria. Revistas como Destino o periódicos como La Vanguardia o El Levante acogieron sus primeros artículos donde se entremezcaba la historia com la crítica literaria o la filosofía. A pesar de esto, sus primeros libros serán de poesía, con un fuerte carácter existencialista fruto de ese tiempo de ostracismo.
Su faceta de escritor de ensayos, muy rica y multidisciplinar, se desarrollaro a lo largo de su vida a pesar de la fuerta censura a la que se vio sujeto. Beviendo del humanismo clásico propio de los grandes reformadores y moralistas franceses realizó estudios críticos con ironía corrosiva y escepticismo militante; su Diccionario para ociosos es una buena muestra de esto. La temática de sus ensayos bascula entre la erudicción histórica y literaria y la militancia catalanista. En Nosotros los valencianos observamos a un Fuster que se encuentra "en la necesidad", tal y como expresa en el prólogo, de analizar la compleja identidad valenciana y denunciar de ese modo la desgraciada situación de la lengua catalana en el País Valenciano. Fue a partir de este momento que Fuster vio la necesidad de una unidad lingüística, cultural o incluso política bajo el nombre de Países Catalanes. Por otro lado Fuster entiende una "Identidad" viva , desacomplejada y desmitificada, sin valores hegemonistas, tal y como demuestran sus obras contra el movimeto políticocultural del noucentisme. Fue protagonista de las luchas antifranquistas y de la transición y actualmente su memoria es un símbolo con un fuerte contenido político y cultural.
Finalmente, una muestra de la causticidad tan propia de Fuster, la entrada de la palabra Epitafio de su Diccionario para ociosos:

Aquí yace
JF
murió
como vivió:
sin ganas

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