La externalización del trabajo reproductivo genera "nuevas" ocupaciones (servicios de proximidad) que se caracterizan por la precariedad, el desprestigio social, los bajos salarios y la falta de regulación e invisibilidad; labores ocupadas la mayoría de las veces por mujeres con escaso nivel educativo y, cada vez más, inmigrantes que no encuentran otra salida laboral; lo que revela un proceso de triple discriminación laboral en nuestra sociedad como resultado de la interrelación de las coordenadas de la clase social, el género y la etnia