El 15 de febrero de 1916 Ricardo Zacarías, considerado una eminencia en el campo de la física, desapareció para siempre de forma inexplicable, dejando tras de sí tan solo su valiosa aportación a la naciente mecánica cuántica, junto a unas desastrosas circunstancias vitales.

Exactamente cinco años después, la habitación 202 del mítico Hotel Chelsea, en el corazón de Manhattan, fue el escenario de un crimen que jamás llegó a resolverse. Un asesinato en el interior de una habitación completamente cerrada que llegó a obsesionar al escritor y periodista francés Gaston Leroux hasta el punto de convertir el suceso en el motivo central de su frustrada obra maestra El insoluble misterio del cuarto cerrado.