Este nuevo trabajo de investigación realizado por I&R (Restauración y Estudios Técnicos de Pintura de Caballete) nos desvela los misterios asociados a esta obra y nos permite recuperar la asombrosa calidad de esta pieza realizada por el maestro sevillano en la primera fase de su carrera artística, ampliando nuestro conocimiento de la manera de trabajar de Velázquez en esa etapa clave de su proceso formativo. Podemos advertir cómo a sus dieciocho o diecinueve años era ya un pintor de amplios recursos técnicos, con una seguridad y una capacidad creativa del todo fuera de lo común en el contexto sevillano del momento. La Inmaculada aquí estudiada es sin duda una pintura que nos demuestra lo fascinante que es la historia del arte al ofrecernos una nueva oportunidad de ampliación de nuestro conocimiento, antes fragmentario o controvertido, a través del método científico. Pero el gran valor de esta obra reside en su gran belleza. Es imposible no percibir su intensa carga emocional y su presencia rotunda e inmediata: una interrelación íntima con el espectador que es propia y exclusiva de las grandes obras de arte.