La narradora de este libro vive en una bonita casa en el campo, tiene un buen marido (que acostumbra a dormitar tras las páginas del Times) y dos hijos encantadores. En su diario va recogiendo sus esfuerzos para equilibrar la economía familiar, lidiar con la temperamental cocinera y la sensible institutriz francesa de sus hijos; su lucha constante por mantener a raya a su engreída vecina, Lady Boxe; y sus denodados esfuerzos por estar siempre a la altura de las circunstancias. El relato cotidiano de las desventuras de su protagonista, de sus agobios y preocupaciones, de sus pequeños triunfos, le sirve a E.M. Delafield, para crear un vivísimo e inolvidable personaje con el que se identificará cualquier lector que se haya sentido alguna vez sobrepasado por los quehaceres del día a día.