Durante nueve días de 2014, Jordi Corominas, un escritor que ha basado gran parte de su obra en el concepto de paseo, recorrió París y Florencia a la búsqueda de sus mitos y de sorprenderse caminando. Cuando terminó el doble viaje, descansó, y al cabo de unos meses creyó interesante escribir sobre lo visto sin saber qué tipo de texto saldría. ¿Una novela? ¿Un diario de viajes? ¿Un ensayo? Quizá una mezcla de estos tres géneros con una buena dosis de pizcas poéticas a través de su inmersión en el espacio, consciente de que este nos transforma y puede manejarnos hacia latitudes desconocidas.