El gran teatro del mundo pertenece al subgénero llamado auto sacramental, es decir, se trata de una obra teatral de carácter religioso. Pero en esta, como en toda la obra de Calderón, predominan los temas de índole filosófica. Concretamente, este es un texto centrado en una metáfora propia de los clásicos latinos: el mundo es un gran teatro en el que todos desempeñamos un papel, y lo que podemos esperar es hacer una buena actuación hasta que baje el telón.