La vida dañada es el título que corresponde a la exposición que Fernando Sinaga realizó en la galería Aural en julio de 2016 cerrando esta publicación un ciclo temático que discurre a lo largo de 2 años y que se enmarca dentro de una trilogía de proyectos expositivos La vida dañada, La vida extraña y La vida ausente producida por Sinaga en los últimos 5 años. El artista reflexiona sobre cuestiones vitales en un texto corto pero elocuente. Sinaga advierte sobre cómo el arte funciona como un dispositivo emocional que dibuja un mapa psíquico tratando así de paliar el trastorno mental de nuestro tiempo, y añade la idea de deriva hacia una concepción de la vida que actúa desde una globalización de sesgo productivista y consumista en el que el arte entretanto subsiste abarrotado de conflictos inscritos desde una subjetividad dañada. El contenido fundamental discurre en una conversación en formato entrevista que realiza Peio Aguirre a Fernando Sinaga bajo el título Velar por el sentido ausente. En ella, Peio Aguirre centra la atención en las temáticas que se desprenden de sus obras y en la importancia de los proyectos expositivos, dibujando un recorrido histórico por las exposiciones del artista en los últimos 5 años, y cómo estas, las experiencias desprendidas y acontecidas, suponen el poder avanzar. Aguirre advierte en Sinaga que el arte es entendido como un estado de consciencia y alerta extremas, donde lo importante es siempre estar atento a todo lo que nos sucede y recordar lo que nos ha sucedido con la única necesidad de averiguar el sentido, “ya que sólo en el tiempo se amasa lo artístico.