Siria, 1980: el país está sometido al régimen de Hafez al-Assad, un déspota que heredó el poder de su padre y ahora reprime brutalmente cualquier tentativa de insurrección. La gente, perdida en ensoñaciones acerca de un pasado mejor, ha abandonado cualquier tipo de esperanza y vive atemorizada a la espera de un cambio que nunca va a llegar. En este ambiente desolador, una joven universitaria abandona su Aleppo natal para reunirse con el tío Bakr, un conservador perteneciente a los Hermanos Musulmanes, y su devota esposa Maryam. Ambos serán los que la guiarán en sus primeros pasos en una sociedad escindida entre el progreso y el más ortodoxo conservadurismo. La protagonista, de quien en ningún momento se nos revela el nombre, no es como las demás chicas. Estas, seducidas por las políticas liberales del gobierno, muestran sin pudor sus brazos y coquetean abiertamente con los chicos. Ella, sin embargo, prefiere observar el mundo tras un impenetrable velo negro que la aísla de lo desconocido y de todo aquello que odia. Cuando las ciudades de Aleppo y Hamma son cercadas y atacadas por el ejército sirio para acabar con el movimiento de los Hermanos Musulmanes, ella, que se ha adherido a este movimiento, acabará en una cárcel donde pasará siete largos años entre miseria, torturas y agonías. Pero será esta situación la que le mostrará por fin el significado de la vida real; una vida radicalmente alejada de los clichés y consignas políticas. Una vida en la que el odio no ha traído nada más que muerte, desolación y sufrimiento.