El fútbol llega a la vieja Iruñea en 1900. Un bilbaíno apellidado Enparan, que había estudiado en Inglaterra, donde conoció el deporte, reunió a sus compañeros de instituto y les explicó en qué consistía el juego, eligiendo para ensayar la vieja plaza de toros. Casi veinte años después se creará la Sportiva, embrión de Osasuna, y para entonces la ciudad y toda la geografía navarra estaba ya plagada de clubes de fútbol, un tercio de todos ellos con orígenes y nombres vascos. Intelectuales, jóvenes, gente con inquietudes políticas y culturales, que amaban la lengua vasca, interesados por la historia y con una profunda inclinación social, que se reunían en el café Kutz pamplonés acabarán constituyendo Osasuna el 24 octubre de 1920. Tan solo 15 años después, ascenderán a Primera fugazmente, pues solo se mantendrían esa temporada, a pesar de haber tocado la gloria al vencer por 4 a 2 al todopoderoso Barça en el campo de San Juan. Fue el 7 de junio de 1936, en un evento en el que coincidirían, premonitoriamente, el general Mola, Director del golpe fascista, y muchos de los fundadores, que, apenas un mes después, serían asesinados. ?Como rojos os merecéis todo lo que os pase?, les diría el periodista y directivo osasunista Alberto Lorenzo. Y así fue: la represión se cebaría duramente con el club, con varios de sus jugadores y directivos, en forma de fusilamientos, exilio o cárcel. La larga noche franquista, que llega hasta nuestros tiempos, borraría, junto a sus vidas y destinos, los orígenes humildes y vasquistas de Osasuna.