Dawkins contra Gould; Oxford contra Harvard. Un zoólogo y un paleontólogo. Las dos mentes más respetadas de la biología evolutiva, dos pesos pesados de la ciencia a los que la rivalidad académica les parecía un desafío a la altura de su pedigrí intelectual: «Cultivaremos nuestros jardines evolutivos, participando ocasionalmente en la tarea más exigente y valiosa de debatir entre nosotros», escribió Dawkins a Gould. La historia de la ciencia está repleta de conflictos. Newton discutió con Leibniz sobre la naturaleza del espacio, Einstein se enfrentó a Bohr y su naciente teoría cuántica... y la disputa entre Dawkins y Gould se hizo célebre por librarse ante la opinión pública, mediante artículos y libros que iban escribiendo ambos investigadores, replicándose el uno al otro. Se trata, en el fondo, un debate más filosófico que científico. Preguntas como qué sucedería si volviéramos a analizar la historia de la vida en la Tierra desde cero, o la naturaleza de la vida en otros planetas, o las implicaciones evolutivas de lo que estamos haciendo ahora en nuestro planeta, tienen mucho más que ver de lo que parece a priori con la filosofía, la socialización o la moral. ¿Cuál es la unidad fundamental del cambio evolutivo? ¿El proceso está dominado por la selección natural, la restricción del desarrollo o la casualidad? ¿Hasta qué punto puede la selección explicar y predecir los fenómenos culturales y psicológicos? Kim Sterelny nos guía entre la controversia científica sin escatimar matices y con un optimismo contagioso; pues el libro es también, en definitiva, un homenaje a la vida y a las disciplinas que la estudian.