Les nostres recomanacions i propostes

Nuestra parte de noche, ubicada en la Argentina de los años 60, emana un contexto de duras represiones, controles policiales y un recorrido de fuertes imposiciones sociales. En ella, se entrelazan aspectos más próximos, como bien, el poder, la violencia familiar  o la promiscuidad con elementos fantásticos, la existencia de una Orden basada en la maldad, cuyo único objetivo es la supervivencia por encima de cualquier impedimento humano. En ella, Gaspar, protagonista principal de la novela, se ve con la necesidad de madurar y afrontar situaciones como la relación de un padre enfermo, la carga de una bárbara herencia o escenas donde la malicia cobra el mayor de los aspectos humanos.

La narración es fuerte, directa e, incluso, incansable. Mariana Enríquez pretende disolver la línea que separa lo real de lo irreal. De entender la potencia de unas palabras como ahora el poder, la maldad, la violencia, el terror o la repugnancia. Trata de desdibujar mitos con el fin de hacerlos próximos. Enríquez cree en la necesidad de hacer ver al lector que la muerte o lo macabro puede estar más presente de como nosotros mismos nos pensamos. De ver, en primera persona, la dureza de unos cuerpos torturados. Mentes violadas con la única voluntad incesante de encontrar un hilo de esperanza o una supuesta felicidad marcada.

Irene Mur