Nuestras recomendaciones y propuestas

¿De qué hablamos cuando hablamos de violencia? Cuando tratamos de responder a esta pregunta no hay un concepto unívoco en el que podamos refugiarnos. Muy al contrario, encontramos diversas formas de entender la violencia que derivan de diversos marcos, que a su vez regulan lo que entendemos por «vida», y concretamente por vidas dignas de duelo, en cuyos márgenes encontramos las vidas que pueden ser objeto de violencia de forma legítima. Sin embargo, por mucho que estos marcos parezcan inamovibles por su función apriorística en las condiciones de aparición de la vida misma, son en realidad históricos. Es decir: contingentes. Por ello, Butler propone repensar la categoría de «no violencia» desde una igualdad radical fundada en el concepto de interdependencia, que es el núcleo de la propuesta butleriana: porque somos cuerpo, somos vulnerables, y esta vulnerabilidad implica que las vidas tienen condiciones que las sostienen. Asegurar esas condiciones para todas las vidas sería precisamente la finalidad de esa igualdad radical en la que la no violencia se ancla, y que implica romper con todos aquellos marcos que generan estructuras de desigualdad marcando determinadas vidas como vidas que no merecen ser lloradas. Contra toda conceptualización individualista, la no violencia sería precisamente esa obligación ética a la que nos vemos empujades por el hecho de estar vinculades a les otres. Porque, como ya escribió en Vida Precaria, «aunque luchemos por los derechos de nuestros propios cuerpos, los cuerpos por los que luchamos nunca son lo suficientemente nuestros».