Los cuentos que se reúnen en esta antología provienen en su mayor parte de novelas y relatos, y en algunos casos, de misceláneas o ensayos de los autores más destacados de la literatura de todos los tiempos, desde Cicerón, pasando por Balzac, Dickens y Sarmiento, hasta Tanizaki, Cheever, Auster, Bolaño o Vila-matas, entre muchos otros.
Como apunta Eduardo Berti en el prólogo, se trata de "historias encontradas o, si se prefiere, historias semiocultas o sembradas por sus autores en el agitado mar de un texto más amplio. Cada historia encierra otras historias. Como muñecas rusas, las novelas o los cuentos que más hemos disfrutado podrían haberse prolongado de manera casi infinita; solo que el narrador, nunca más afín a un escultor, tomó la decisión de fijar límites, se vio obligado a hacer recortes. Al mismo tiempo, no obstante, los narradores saben o presienten que, como decía Bioy Casares, por las digresiones penetra la vida".