Probablemente no exista ningún otro artista contemporáneo cuya obra beba con tanta coherencia de la conciencia de la crisis como Santiago Sierra. En su obra, la explotaciónes un tema central. Georg Imdahl ahonda en ello y lo analiza en su doble orientación: como crítica artística a la explotación económica en el trabajo mal remunerado y como práctica de apropiación de obras clave surgidasa partir de 1960. El trabajo de Sierra revela su contemporaneidad mediante la continua reflexión sobre las relaciones económicas, políticas, ética y estéticas, así como en la remisión constante de su propio enfoque haciaaquella fase de incubación del arte contemporáneo en la década de 1960.