Influenciado por sus contemporáneos Miguel Ángel y Leonardo, Rafael Santi (1483-1520) se convirtió, por derecho propio, en uno de los artistas más importantes del Alto Renacimiento. Aunque Rafael pintó muchas obras importantes en su periodo florentino, incluyendo sus famosas Madonas, su obra madura en Roma fue la que consolidó su lugar en la historia, particularmente la Stanza della Segnatura en el Vaticano, donde se encuentran sus murales de "La escuela de Atenas" y "La disputa del Sacramento". Esta visión general examina el trabajo de este maestro del Renacimiento, que alcanzó la altura de los más grandes en sólo dos décadas de creación, y cuyo influyente trabajo allanó el camino para el Manierismo y el Barroco.