Recorridos

Arthur Schopenhauer

El dominio de la voluntad.

Danzig, 1788 - Frankfurt, 1860

" El determinismo, llevado hasta sus últimas consecuencias, haría del mundo un escenario lleno de marionetas movidas por alambres conforme a un plan preconcebido y para diversión de no se sabe quién; contra semejante fatalismo no cabe otro recurso salvo reconocer que la existencia misma de las cosas obedece a una voluntad libre, de tal modo que su actuar quede necesitado bajo la libertad, anteponiéndola al destino o al azar, hay que trasladarla del obrar al existir."
SCHOPENHAUER, Arthur, Manuscritos berlineses

"Toda volición brota desde una necesidad, nace a partir de una carencia y, por lo tanto, tiene su origen en el sufrimiento. Éste cesa cuando se satisface aquella volición; sin embargo, por cada deseo satisfecho hay cuando menos otros diez que no lo son y, por añadidura, los anhelos persisten largo tiempo y sus exigencias no tienen fin, mientras que su satisfacción es tan breve como alambicada. El deseo colmado cede al instante su puesto a otro. Ningún objeto de la volición que se haya conseguido puede otorgar una satisfacción duradera e inamovible y se parece más bien a una limosna que arrojamos al mendigo, con la cual sale adelante hoy para prolongar su angustia de mañana. El sujeto que padece la volición permanece así dando vueltas incesantemente sobre la rueda de Ixión e intenta llenar una y otra vez los cántaros agujereados de las Danaides, eternamente sediento como Tántalo."
SCHOPENHAUER, Arthur, El mundo como voluntad y como representación

Schopenhauer: el filósofo de la voluntad. Nos encontramos ante una de las plumas más agudas y elegantes de la literatura alemana y universal que, como muchas otras, no fue reconocida en sus tiempos. En su juventud tuvo la oportunidad de viajar por Europa y adquirir una formación humanística exquisita. Su tesis doctoral, Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente(1813), versa sobre la filosofía de Kant, de quien se considera un intérprete privilegiado. Kant, Platón y el budismo seran sus referencias constantes. Dedica toda su vida a redactar y pulir El mundo como voluntad y como representación(1819), que constituye el núcleo y motivo central de todo su pensamiento. A pesar de sus múltiples y manifiestos talentos, tuvo la mala fortuna de programar sus clases en el mismo horario que Hegel, con cuya fama no pudo competir. De su paso por la Universidad, guarda un nefasto recuerdo y una impresión muy crítica sobre la filosofía académica.Retirado gracias a la herencia de su padre, lleva una existencia relajada, compaginando viajes y escritura. A pesar de sus esfuerzos por acercarse a un público cultivado, la segunda edición de su gran obra no verá la luz hasta 1844. Encontramos, no obstante, en este pensador una elocuencia y fuerza del todo inusuales. La voluntad deviene la raíz de toda vida, la vida una ensoñación de la que hemos de despertar al morir; la muerte, un sueño profundo donde terminamos por sumergirnos. Desde aquí recomendamos un silencio atento a las palabras de Schopenhauer, instigador de toda una representación de nuestra existencia según una metafísica de la voluntad, señora de todas las cosas.