Algunos de los pensadores más influyentes en cuestiones urbanas, como Henri Lefebvre o David Harvey, pusieron de manifiesto el carácter político e ideológico del espacio, además de poner en evidencia la producción del mismo dentro de la lógica capitalista.

Su pensamiento, y el de muchos otros en su estela, ponía en cuestión el funcionalismo moderno que dividía la ciudad en áreas funcionales preconcebidas y la rígida planificación urbanística que, detrás de su supuesto carácter neutral, escondía una de las estructuras ideológicas más potentes y eficaces.

Los playgrounds, como espacios para el juego, han formado parte de esta dialéctica entre espacios acotados y normativos y esos "lugares otros" donde lo lúdico, asociado al espacio público, se convierte en algo transgresor y subversivo.

La exposición que ahora presenta el Museo Reina Sofía hace un recorrido histórico-artístico por la dimensión política y colectiva de los espacios de juego y las diferentes reapropiaciones o reinvenciones de la plaza como espacio público de resistencia, desde la Comuna de París hasta los recientes movimientos ciudadanos como las primaveras árabes o el 15M. Para ello se detiene en algunos momentos clave como la conquista del ocio de las clases populares, el ambiguo carácter transgresor del carnaval, los planteamientos de un urbanismo crítico o utópico que reivindicaba "el derecho a la ciudad" o el mayo del 68 y las diferentes propuestas del situacionismo.