Recorridos

Lluís Duch i Álvarez

Una antropologia de la ambigüedad

Barcelona, 1936

Desde su inicio la obra de Lluís Duch es una reflexión sobre la condición ambigua del ser humano. Su proyecto antropológico podría calificarse, utilizando el subtítulo de uno de sus libros, como el intento de elaboración de una antropología logomítica. Según él, el ser humano es un homo loquens y, por lo tanto, alguien siempre sometido para bien o para mal a las mediaciones, a las traducciones y a las interpretaciones. Esta dimensión empalabradora, como diría Duch, que posee la realidad humana hace que nunca estamos del todo instalados en el mundo, que los seres humanos no seamos nunca seres situados, sino situándonos. En una palabra: somos seres en camino. Pero, además, esta palabra humana es, por Duch, una palabra múltiple. Dicho en sus términos: el ser humano es un ser políglota y polifónico, y esta tesis nos lleva directamente a la cuestión de la logomítica. Por logomítica Duch entiende, en primer lugar, la imposibilidad de concebir la palabra humana desde un único punto de vista, el logos o el mythos, y todavía menos como un proceso evolutivo y progresivo de paso del mito al logos. Por Duch siempre son sospechosas (y aun peligrosas) aquellas antropologías centradas exclusivamente en el mito «o» en el logos. La de Duch es una antropología de la complementariedad, del mito en el logos y del logos en el mito, una antropología que muestra que los seres humanos somos siempre románticos e ilustrados, y que cualquier intento de reducir el uno al otro resulta enormemente peligroso. Según él, uno de los aspectos más preocupantes del momento presente es precisamente el que él denomina la crisis gramatical y, conjuntamente con esta, la crisis de las transmisiones o, si se quiere, todavía con mayor precisión, la crisis pedagógica. Es muy importante tener presente la configuración logomítica de la realidad humana, es decir, la dimensión polifónica y políglota de la palabra humana, ya que este hecho no sólo tiene por Duch unas implicaciones epistemológicas, sino y esto es enormemente importante, cada vez, como ya veremos, tendrá más claramente unas consecuencias éticas, religiosas, políticas y pedagógicas. (Joan-Carles Mèlich)