Dríbling, subidas por la banda, barreras defensivas, el gol olímpico, el fuera de juego... La épica del fútbol está hecha de pequeñas normativas que, combinadas entre sí, pueden llevar el partido, y el seguidor, a estados emocionales variopintos.
Más allá de la cantidad de verborrea -mayoritariamente en forma de prensa deportiva- que existe alrededor del deporte rey, algunos escritores se han mostrado sensibles a esta su condición literaria de modo que, desde el banquillo, podemos ver algunos de los mejores escritores dando órdenes a los jugadores de campo, apuntando en una libreta todo lo que quieren comentar; en las gradas, silentes, emocionados, hooliganescos, los escritores observan el partido.

Juan Villoro, Sergi Pàmies, Nick Hornby, Juan Cruz Ruiz, publicaciones especializadas con un sesgo literario... Las letras conquistan el corazón futbolístico de muchos lectores con gracia literaria.

Desde los autores que recorren su pasión a través de los goles de su propio equipo -Nick Hornby con el Arsenal en Fever Pitch- hasta los estudios enfocados a un punto de vista más sociológico -como el de Villoro- o el experimento técnico, casi filosófico, diríamos, del periodista argentino Dante Panzeri (1921-1978), Fútbol. Dinámica de lo impensado.

He aquí unas indicaciones para ir calentando por la banda cuando saltemos al campo. Porques sí, de acuerdo, fútbol es fútbol, dicen. Pero quizás fútbol sea también muchas otras cosas.