Recorridos

Vincenzo Consolo

El geógrafo literario de la vida siciliana.

Sant'Agata Militello (Messina), 1933

De Sicilia podría decirse, recurriendo al tópico manido, que es un género literario en sí misma, pero nos quedaríamos cortos: es toda una literatura. Bufalino o Sciascia son sólo dos ejemplos de una tradición en la que también destaca Vincenzo Consolo (1933), amigo de Sciascia, que en sus libros no disimula la búsqueda de un léxico propio que encuentre su espacio entre el italiano normativo y los aromas mediterráneos y árabes de la lengua siciliana. "El destino de una isla es hundirse", escribe otro escritor siciliano, el filósofo Manlio Sgalambro: Consolo busca construir pilares de palabras que la salven de su destino. Con todo, no hay que pensar que Consolo idealiza la tierra siciliana: es inevitable que un velo mítico cubre los lugares de la infancia, pero nunca oculta el choque que supone reencontrarse con esos mismos lugares en la edad adulta, con la violencia y las turbulencias del presente. Consolo nació en San'Agata di Militello (Messina) el 18 de febrero de 1933. Una vez acabados sus estudios universitarios en Milán regresa a Sicilia, donde trabaja como profesor hasta su regreso a Milán, donde se convierte en lector de la editorial Einaudi y se dedica por entero al oficio de escritor. Su primera novela la publica en 1963, La herida de abril, que aparece en la colección de Mondadori 'Il Tornasole', dirigida por Vittorio Sereni e Niccolò Gallo, con la idea de encontrar nuevos autores. Sus referentes literarios y humanos son, por entonces, Leonardo Sciascia y el poeta Lucio Piccolo, sobrino de Lampedusa. A la vez que trabaja para Einaudi, lo hace para un gabinete de comunicación y se prodiga en los periódicos milaneses. En 1976 aparece La sonrisa del ignoto marinero. Como consejero de Einaudi para la narrativa italiana tiene como compañeros, entre otros, a Italo Calvino o Natalia Ginzburg. A lo largo de su carrera literaria ha recibido los premios más importantes, entre ellos el Pirandello, el Strega, el Flaiano o el Brancati.