En la actualidad, el cine español se halla inmerso en lo que ha sido una constante en su historia: la crisis. Crisis económica, industrial, identitaria, de público, de autoestima. Cada vez con la mirada más puesta en los modelos genéricos foráneos, que en una posible especificidad cultural, los cineastas y los espectadores de ahora parecen empecinados en dar la espalda a la historia del cine español, a sus logros pasados, a los grandes nombres hoy ya inactivos. El cine español cuenta hoy con varios mascarones de proa (Almódovar, Amenabar, Coixet) que abren mercados exteriores y hace que nuestro cine se vea en pantallas de todo el mundo. Y sin embargo, la trayectoria histórica del cine español parece cada vez más desconocida. Por ellos, una serie de historiadores se ha propuesto reivindicarlo, y normalizarlo.